La orden
cisterciense (en latín: Ordo
cisterciensis, o.Cist.), igualmente conocida como orden del Císter o
incluso como santa orden del Císter (Sacer ordo
cisterciensis, s.o.c.) es una orden monástica católica reformada, cuyo origen se
remonta a la fundación de la Abadía de
Císter por Roberto de
Molesmes en 1098. Esta abadía se
encuentra donde se originó la antiguaCistercium romana, localidad
próxima a Dijon, Francia.
La orden cisterciense desempeñó un papel
protagonista en la historia religiosa del siglo XII. Su influencia fue
particularmente importante en el este del Elba donde la orden hizo «progresar
al mismo tiempo el cristianismo, la civilización y el desarrollo de las
tierras».1
Como restauración de la regla benedictina inspirada en la reforma
gregoriana, la orden cisterciense promueve el ascetismo, el rigorlitúrgico dando importancia al trabajo manual. Además de
la función social que ocupó hasta la Revolución
francesa, la orden ejerció una influencia importante en los ámbitos
intelectual o económico, así como en el ámbito de las artes y de la
espiritualidad.
Debe su considerable desarrollo a Bernardo de
Claraval (1090-1153), hombre de una personalidad y de un carisma excepcionales. Su influencia y su prestigio
personal hicieron que se convirtiera en el cisterciense más importante del siglo XII, pues, aun no siendo el
fundador, sigue siendo todavía hoy el maestro
espiritual de la orden.2
En nuestros días, la orden cisterciense está
formada por dos órdenes diferentes. La orden de la «Común Observancia» contaba
en 1988 con más de 1.300 monjes y 1.500 monjas, repartidos respectivamente en
62 y 64 monasterios. La Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia, también llamada
O.C.S.O., comprende hoy en día cerca de 2.000 monjes y 1.700 monjas, comúnmente
llamados trapenses porque provienen de la reforma de la abadía de la Trapa,
repartidos en 106 monasterios masculinos
y 76 femeninos.3 4 Las dos órdenes cistercienses
actualmente mantienen vínculos de colaboración entre ellas.
Su hábito es túnica blanca y escapulario negro, retenida por un
cinturón que se lleva por debajo; el hábito de coro es la tradicionalcogulla monástica, de color blanco. De hecho, se los
llamó en la Edad Media «monjes
blancos», en oposición a los «monjes negros» que eran los benedictinos.
También es frecuente la denominación «monjes bernardos» o simplemente
«bernardos», por el impulso que dio a la orden Bernardo de
Fontaine.
Aunque siguen la regla de san
Benito, los cistercienses no son propiamente considerados como benedictinos. Fue en el IV Concilio
de Letrán en 1215 cuando la palabra " benedictinos" apareció para designar a los monjes que no pertenecían a ninguna orden centralizada por oposición a los cistercienses.